viernes, 23 de octubre de 2009

La purga de Cerezo

Ya es oficial que Abel Resino dejará de dirigir al Atlético de Madrid. Su historia no ha podido prolongarse hasta finales del curso como aseguró ininterrumpodamente Enrique Cerezo. El máximo mandatario prometió inmunidad en la figura del técnico cesado hasta junio. Sin embargo, el pasado encuentro en Stamford Bridge escondió un ultimátum en caso de debacle rojiblanca, aunque no se limitaba a la figura del entrenador, sino al particular tripartito de un conjunto de farándula: Miguel Ángel Gil Marín, Jesús García Pitarch y el propio Resino.

El primero ha cedido la dirección bicéfala del conjunto en manos de Cerezo, mientras que el segundo apura sus últimos días de vino y rosas al lado oeste del Manzanares, dado que sin el paternalismo de Gil está desprovisto de aval. Su paso por el Calderón está repleto de despropósitos, como bien los justifican su inoportuno juicio sobre Luis García y la venta de Heitinga, el único con tablas en una defensa tullida. Por su parte, Abel, que ha sufrido las de Caín para dirigir a unos jugadores zancadilleros, cae en favor de Quique Sánchez Flores. Dura papeleta para el ex de Benfica, pero se ve con respaldo y con amplios poderes. La limpia de Cerezo es su garantía.

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